Las actividades enmarcadas dentro del proyecto REACT están dirigidas a una gran variedad de grupos de interés.

De forma directa, el impacto del proyecto se apreciará en estudiantes de edades comprendidas entre 10 y 15 años, que se beneficiarán de los laboratorios de actividades en 6 países de la UE. Durante esta etapa de la vida, la búsqueda de la autonomía se muestra a priori como una oposición y las emociones que imperan en los jóvenes, que no son capaces todavía de procesar adecuadamente sus estados emocionales, son los polos del entusiasmo y el sufrimiento. Esta polarización es la responsable de que los jóvenes se vean atraídos por ideologías y posturas extremas.

Además, la inclusión en las corrientes educativas tradicionales no garantiza que las necesidades individuales de los estudiantes se vean satisfechas. Los alumnos deberían situase «en el centro del marco» (OECD, 2013) y esto implica que hay que hacerles responsables de su propio aprendizaje. Utilizar el EMR como una herramienta de aprendizaje cooperativa y dialógica, combinada con una atención adecuada a la renovación del espacio de aprendizaje y la aplicación del principio de observación, motivará a los alumnos en su proceso de aprendizaje, contribuyendo así a la definición de sus necesidades (no solamente educativas) y, por tanto, a la planificación y organización de respuestas adecuadas.
Los docentes de los centros escolares de educación primaria y secundaria también experimentarán el impacto de las actividades del proyecto. El papel que juega la educación, en lo que respecta a la prevención de extremismos, ha logrado recientemente el reconocimiento a nivel global (UNESCO, 2016). Investigaciones recientes y resultados de proyectos europeos han puesto de manifiesto que los docentes no cuentan con una formación adecuada, en lo que respecta al desarrollo de habilidades de pensamiento crítico para prevenir extremismos. La mayoría de los estudios demuestran que los objetivos del pensamiento crítico se veían limitados al nivel cognitivo, infravalorando el hecho de que el pensamiento crítico solamente puede ser desarrollado con una práctica y esfuerzo considerables. El proyecto REACT dotará a los docentes de una herramienta práctica que les permita comprender mejor las necesidades internas de los alumnos en esta fase peculiar del crecimiento, a través del desarrollo de las habilidades de pensamiento crítico, que también se podrán aplicar fuera de los laboratorios MR y en cualquier otro contexto educativo, como en las clases.

Además, si bien los docentes pueden preparar y planificar lecciones y discusiones como parte de la lección del día sobre temas delicados, si están capacitados para hacerlo, hay otros puntos de entrada para la discusión que pueden ocurrir de forma imprevista, en el momento. Los laboratorios REACT RM serán considerados como “momentos didácticos”, oportunidades que conviene aprovechar para explicar conceptos difíciles de comprender y en los que los docentes pueden aprender (de forma práctica, siendo partícipes, experimentando ellos mismos) cuán preparados deben estar, tanto a nivel personal como profesional, para no dejar pasar estas oportunidades en otros momentos educativos.

Como se ha demostrado en anteriores investigaciones, las familias de los alumnos tienen unas necesidades especiales de formación, en lo que respecta a su papel educativo, pero, a nivel general, se da una falta de oportunidades para compartirlas con profesionales y/o con otras familias; y ser completamente conscientes de ellas. Las propuestas dirigidas a ellas cuentan con unos niveles muy bajos de participación; y esto puede ser debido a que se han organizado sin una metodología que ayude a involucrarles activamente. Esto lleva a que las familias, cuando necesitan ayuda para resolver conflictos con sus hijos/as, contactan con otras personas que forman parte de su círculo «íntimo». Además, es, precisamente, en la fase de transición entre la infancia y la adolescencia cuando las familias necesitan más ayuda. Las madres y los padres también representan un papel fundamental en los enfoques de la escuela integral y la escolarización comunitaria, y se ha demostrado que estas son herramientas efectivas para promover la inclusión social, ya que contribuyen a moldear las actitudes de los alumnos hacia otros grupos culturales. La participación de las familias está vinculada no solo a los resultados académicos, sino también al desarrollo social y emocional de los niños. El proyecto REACT involucrará a las familias en la fase central de las actividades, haciéndoles responsables y actores clave en el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico. Las competencias adquiridas durante los laboratorios de EMR serán clave para construir una mejor estrategia de resolución de conflictos en contextos familiares y educativos.
Las Comunidades Educativas, entre las que se incluyen los actores principales del ámbito educativo, representan un papel fundamental en el desarrollo psico-físico de los jóvenes y sufren, a menudo, la falta de coordinación de las diversas acciones que se llevan a cabo en los distintos niveles. Las actividades organizadas, de forma oficial, por los colegios, los eventos promovidos por organizaciones deportivas/culturales/del tercer sector dirigidos a alumnos y/o a sus familias; otras actividades organizadas por terceras organizaciones que, de algún modo, tienen relación con la red de colegios (ej. los laboratorios EMR se desarrollaron en el marco de proyectos europeos/nacionales/ locales) se suelen considerar como intervenciones «puntuales», que no guardan relación las unas con las otras. Al no organizarse de forma articulada, estas acciones tienden a carecer de impactos o resultados a largo plazo. Mediante la implementación de un enfoque comunitario comprensivo, el proyecto REACT tiene como objetivo la construcción de un itinerario o camino estable, coordinado y duradero, que involucre a todos los actores de la comunidad educativa, contribuyendo así al desarrollo psicofísico de los jóvenes.

Asimismo, los responsables de elaborar políticas públicas se beneficiarán del plan sistemático de evaluación formativa y sumativa de las actividades enmarcadas dentro del proyecto REACT, que se centrarán en sus necesidades, para reproducir los resultados exitosos o satisfactorios del proyecto en otros contextos educativos de la UE. Del mismo modo, participarán en actividades de diseminación a nivel local, nacional y europeo.